jueves, 22 de abril de 2010

CUIDADO CON LOS CONSEJOS

Si alguien no ha visto la película "Brothers" (hermanos, para los que como yo no saben inglés) le aconsejo que la vea porque, desde mi punto de vista, es una gran película. Y desde mis cortas luces, creo que hay una frase en el diálogo del protagonista, narrador de la historia, que es el hilo conductor del tema del film: "Nuestras huellas dactilares quedan impresas en las vidas que tocamos". Y esta frase me dió que pensar en mí y en otros, porque es una gran verdad que, queramos o no, vamos tocando vidas siempre que podemos. Algunos lo hacen porque es su deporte favorito, otros lo hacen porque es su oficio, otros lo hacen porque les apasiona, otros...... y un largo etcétera que haría que esto pareciera el anuncio de Coca Cola. Porque la verdad, ¿ a quién no le gusta aconsejar al otro?, ilustrar a los demás, enseñar el camino correcto, guiar al ciego a la luz, ensanchar la mente de los estrechos, alimentar al débil para que se fortalezca..... y un sinfín de motivos que tenemos con tal de procurar imprimir nuestras huellas dactilares en los demás.
A todos ellos, y a mi mismo, porque también a mi me gusta contar mis batallitas, hemos de aprender a reflexionar sobre el cuidado que se debe tener cuando decidimos poner nuestras huellas en el otro. Porque son vidas humanas lo que estamos tocando. Y a no ser que por nuestros poros transpire solo miseria, antes que nada, hemos de partir de nuestra propia realidad, de cuáles son nuestras limitaciones y hasta dónde podemos llegar. Porque el hecho de que seamos líderes en una iglesia o tengamos alguna responsabilidad docente, o incluso que llevemos veinte lustros de apasionada conversión, no nos convierte en profesionales de ninguna materia. No será la primera vez ni la última (aunque espero que sí) que por el hecho se ser quienes somos, nos creemos que somos médicos, psicólogos o consejeros matrimoniales, capaces de curar a todo bicho viviente y poner orden dentro del caos que se ha originado. Precisamente, lo que más nos capacita para poder ayudar a alguien es el reconocimiento de cuáles son los límites de nuestro territorio. Y en algunas ocasiones, tenemos que darnos cuenta que existen temas muy delicados y sensibles que deben ser tratados por personas más cualificadas.
Antes de abrir nuestra boca, reflexionemos seriamente qué vamos a decir a la persona que acude a nosotros a pedir consejo, porque no lo olvidemos: "Nuestras huellas quedarán impresas en su vida".

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