miércoles, 9 de junio de 2010

SILENCIOS

Dime cómo te llamas

y no escondas de mí tu nombre

ni te ocultes trás los grandes gestos del pasado.

Dime cómo eres

y no escondas de mí tu rostro

ni te ocultes trás las experiencias de otros.

Cuéntame el secreto de lo que guarda tu nombre

y muéstrame tu mirada clara.

Porque mi lucha es con gigantes

pero yo nunca estuve en el valle de Elah;

mi fe se debilita en medio de los conflictos

pero mi pies nunca estuvieron en el monte Moria;

la oscuridad me asalta en mitad del camino

pero mis ojos no han visto tu amanecer.

El día alcanza su monótono ocaso

y las respuestas guardan silencio,

mientras la impotencia se adueña de mí

esperando alcanzar el paraiso perdido.

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